En la película la figura del artista parisino falto de inspiración y refugiado en su pueblo natal, resulta un tanto arquetípica, aunque el actor que lo encarna , Daniel Auteuil es muy bueno aportando matices y haciendo muy creible al personaje. Desde luego el jardinero es quien pone vida a esas conversaciones, no solo con su forma de ver la vida, resignada, y a la vez muy creativa gracias su mundo : el huerto, la pesca, la música..., sino también con su ironía, algo ingenua. Es un personaje con poco fondo pero con matices muy sutiles : pedir a su amigo que pinte "las cosas que me importan" es a la vez ingenuo y osado, con un punto de egoísmo infantil pero es una petición llena de vida y de esperanza. Hay muchas películas basadas en el principio del diálogo de dos personajes que se muestran mutuamente una verdad que no sospechaban, como Paseando a Miss Daisy, En el Estanque Dorado, El Sr. Ibrahim y las Flores del Corán... A mi estas conversaciones con el jardinero me gustan por su sencillez y sobre todo porque casi siempre se acompañan de comida, bebida o ambas, algo que siempre despierta el deseo de conversar y de sincerarse, porque mientras comemos o bebemos bajamos la guardia, nos concentramos en otros sentidos y dejamos que las palabras surjan sin mas... buena forma de conocer mejor a los otros y a uno mismo de paso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario